Aprovecha al máximo 250 g de judías verdes con nuestras recetas seleccionadas: sencillas, satisfactorias y llenas de sabor.
El ñame (huaishan) es rico en proteínas mucosas y amilasa, que pueden proteger la mucosa gástrica y promover la secreción de jugo digestivo; El mijo es de naturaleza suave y sabor dulce, contiene fibra dietética y vitaminas B, que pueden aliviar problemas como el exceso de ácido estomacal y la hinchazón abdominal. La combinación de maní y leche es muy fragante y delicada. Mereces ser amado.
¡La panceta de cerdo salteada con judías verdes salteadas es una combinación tan deliciosa que te encantará! Saltea la panceta hasta que esté dorada y aceitosa, y el aroma de la grasa se mezcla con el de la carne, para luego envolverse con las judías verdes asadas. Cada judía está llena de salsa, crujiente por fuera y tierna por dentro con un toque grasiento. Al morderla, primero sentirás el sabor salado, aromático y tierno de la panceta, y la grasa se derretirá en la boca, seguido del aroma tostado y ligeramente picante de las judías verdes. El dulzor de las judías se hace más evidente con el aroma a carne, y el sabor salado, fresco y picante se entrelaza en la punta de la lengua, haciendo que quieras raspar la costra de arroz del fondo de la olla. Con arroz, puedes comerte todo el plato directamente, y tienes que lamer el aroma aceitoso en las comisuras de la boca después de comer, ¡lo cual es muy satisfactorio!