¡Un clásico dorado y brillante de Hong Kong! El tierno pollo se infunde con el rico aroma de la salsa de soja, ofreciendo un equilibrio perfecto de dulce y salado en cada bocado. Fácil de preparar, pero irresistiblemente sabroso: un plato reconfortante y atemporal que lleva el auténtico sabor de Hong Kong directamente a tu mesa.