Rompe tu rutina con estas recetas de 2 cucharadas de aceite de oliva para freír cebolla y rodajas de cerdo inesperadas pero deliciosas: divertidas, fáciles y llenas de sabor.
El pollo francés es un clásico italoamericano con tiernas chuletas de pollo bañadas en huevo y una salsa agridulce de limón, mantequilla y vino blanco. A menudo se sirve con pasta o pan, y equilibra su textura crujiente con un rico sabor cítrico.
El shogayaki es un plato japonés muy apreciado que consiste en finas lonchas de cerdo salteadas en una fragante salsa con jengibre. El cerdo se suele marinar brevemente en una mezcla de salsa de soja, mirin, sake y jengibre recién rallado, y luego se saltea rápidamente hasta que esté tierno. Esta combinación agridulce ofrece un sabor reconfortante, robusto y refrescante. A menudo servido con arroz al vapor y repollo rallado, el shōgayaki es un clásico de la cocina casera japonesa, apreciado por su sencillez y sabor exquisito.
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Una sopa caliente adecuada para todas las estaciones. A nuestra familia le encanta beber esta sopa. Mi hijo bebe al menos dos tazones a la vez.
Este pescado frito crujiente es un auténtico placer en un plato. Cubierto con una masa de cerveza ligera y aireada, cada bocado es dorado y crujiente por fuera, pero se mantiene maravillosamente tierno y escamoso por dentro. Un toque de anchoa le aporta una riqueza profunda y sabrosa, haciendo que cada bocado sea aún más satisfactorio. Es el plato perfecto para una comida reconfortante, que lleva esa cálida bondad casera directamente a tu mesa.