Rompa el huevo en un plato grande donde quepa la pechuga de pollo. Sazone con sal y pimienta y bátalo ligeramente.
Picar finamente el perejil
Añade la mitad del perejil picado a los huevos. Ralla finamente el queso parmesano y añádelo a la mezcla de huevo.
Mezclar bien y reservar.
Retire la piel del pollo, si la tiene. Corte la pechuga de pollo en mariposa.
Coloque film transparente sobre una tabla y coloque la pechuga abierta, envolviéndola en film transparente.
Aplana el lado más grueso con un ablandador de carne o con el fondo de una cacerola.
Prepare porciones de vino y caldo de pollo.
Rallar ajo
En una sartén a fuego moderado, agrega aceite de oliva y la mitad de la mantequilla.
Cubra el pollo con harina y sacuda el exceso de harina.
Sumerja el pollo en el huevo batido, asegurándose de que esté completamente cubierto.
Coloque el pollo rebozado en aceite caliente. Cocine el pollo durante unos 4 minutos por cada lado (dependiendo del grosor).
Voltee una vez que esté dorado y cocine el otro lado. Transfiera el pollo a un plato caliente y deje reposar.
En la misma sartén, a fuego alto, añadir el vino blanco, el caldo de pollo, el ajo rallado y exprimir medio limón. Dejar reducir 2 minutos a fuego alto.
Agregue la mitad restante del perejil picado y el resto de la mantequilla y mezcle hasta que la mantequilla se derrita a fuego muy lento.
Regrese el pollo a la salsa y continúe calentándolo a fuego lento durante no más de 30 segundos.
Sirve el pollo en un plato caliente y decora con perejil.