Rompe tu rutina con estas recetas de Come menos mariscos inesperadas pero deliciosas: divertidas, fáciles y llenas de sabor.
El curry es un plato adorado por personas de todo el mundo. Curiosamente, los métodos de preparación varían según el lugar, pero su sabor es igualmente delicioso. El curry que gusta a la gente de Hong Kong tiende a tener un sabor hainanés, con un sabor a leche de coco más fuerte y menos picante. Este pollo al curry al estilo de Hong Kong es sencillo y fácil de cocinar, picante y adecuado tanto para adultos como para niños.
Me encanta hacer masas con mucha hidratación, especialmente para pan—quedan tan suaves como corderitos. (Usé 625 g de harina para hacer 14 piezas.) El aroma al hornearlos no se puede ocultar, tanto que los vecinos vienen a tocar la puerta para saber cuándo estará listo el pan. (La próxima vez haré una versión con mantequilla.) Prefiero el pan salado, así que uso menos azúcar y un poco más de sal.
El pescado frito es tentador, pero se pega fácilmente a la sartén y se rompe la piel, lo que genera estrés. Hoy les propongo probar la panza de carpa herbívora frita. Sequen bien el cuerpo del pescado (la humedad es clave) y dominen el calor. Siga este método para que los trozos de pescado queden alineados sin importar dónde estén 😂. La piel queda intacta y crujiente, la carne tierna y sabrosa, y además tiene un color característico. Olvídense de la ansiedad de freír pescado y no tengan miedo de que se vuelque. ¡Vengan a probarlo!
Kutsinta es un popular pastel al vapor filipino. También se puede encontrar esta receta en países asiáticos como Tailandia, Indonesia, Vietnam y Hong Kong. Se cree que la palabra "kutsinta" proviene de "kueh tsin tao". Un hokkien chino que significa pastel pequeño.
Fui a la capital provincial a buscar comida, ¡y un plato de pato estofado con aceite de jengibre me dejó mareado! El precio de 150 yuanes por caja corresponde a solo unas pocas piezas de carne, lo que me hizo decir, como amante de la carne, "¡Me está saliendo una lágrima!". A mi regreso, comencé de inmediato el "plan de reproducción de alimentos". Tras muchos experimentos, ¡por fin logré reproducir esta exquisitez! La versión mejorada reduce la cantidad de aceite, pero conserva el 95% del sabor original, convirtiendo con éxito el plato duro de este restaurante en una exquisitez casera. La esencia del pato estofado con aceite de jengibre reside en usar una gran cantidad de rodajas de jengibre para saltear el suave aceite de jengibre, lo que no solo elimina por completo el olor a pescado, sino que también realza su aroma único. La carne de pato se cuece lentamente con aceite de jengibre. La piel es ligeramente masticable, pero el interior es tierno y jugoso. Cada fibra está llena de una espesa salsa salada, fragante y ligeramente dulce. En cuanto se abre la tapa, la rica fragancia te golpea en la cara. ¡Comerlo con arroz blanco es simplemente un deleite para el paladar! Ven a ver los resultados de mi reproducción (compara las fotos al final del artículo).