Esta chuleta de pollo dorada es un clásico de las cafeterías estilo Hong Kong. Tiene una piel crujiente por fuera y una textura jugosa por dentro. Tras una marinada sencilla, se fríe a fuego lento hasta quedar dorada, conservando todos sus jugos. Servida con arroz blanco o vegetales salteados, es un plato casero simple pero muy satisfactorio, presente en muchas mesas del día a día en Hong Kong.