Lavar y cortar las judías verdes frescas en gajos, saltearlas hasta que adquieran un color verde esmeralda, con un sabor crujiente y tierno, y su propia fragancia. Saltear los huevos batidos hasta obtener cubos dorados y esponjosos, que desprendan un rico aroma a huevo. Una vez mezclados, la frescura de las judías verdes neutraliza la textura suave de los huevos. A continuación, añadir un poco de sal y un poco de salsa de soja ligera para sazonar. Un simple condimento puede realzar el sabor más auténtico de los ingredientes.