Disfruta de la calidez con estas reconfortantes recetas de 50 g de hongos enoki, 60 g de pepino.: platos sencillos que reconfortan el corazón.
Corte el lomo de cerdo en rodajas y marínelo con salsa de soja y almidón durante 10 minutos. Caliente el aceite para freír la pasta de frijoles, el ajo picado y los chiles secos. Añada el caldo y llévelo a ebullición. Añada las rodajas de carne y escalde las verduras. Vierta el caldo en un bol, añada el ajo picado y el chile en polvo, y vierta aceite caliente para realzar el aroma. Las rodajas de carne quedan tiernas y sabrosas, la sopa es picante y suave, y las guarniciones absorben el aceite rojo. ¡Es caliente y refrescante al morderlo, y queda perfecto con arroz!
Los panecillos de flor son muy suaves y elásticos, como el pan, pero con una textura más suave. El relleno de coco le aporta un sabor intenso. La textura granulada del coco contrasta con la delicada masa. Su sabor es suave como la masa y masticable como el del coco. Sabor El aroma a coco es intenso y dulce, similar al del relleno de coco para hacer pan de coco. El azúcar blanco realza el dulzor y se funde con el aroma del coco. También puede agregar leche en polvo, leche condensada, etc., según su gusto personal para darle un toque más suave.
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Suplemento proteico: La carne de cerdo magra es una fuente importante de proteínas de alta calidad. La proteína ayuda a reparar y desarrollar los tejidos corporales y desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de las funciones fisiológicas normales del organismo.
Sabor intenso: El jamón tiene un sabor salado y aromático que realza el sabor de los hongos enoki, y su exquisitez neutraliza el sabor salado del jamón. Junto con ajo picado, salsa de soja ligera, salsa de ostras y otros condimentos, el sabor a ajo y salsa es intenso, lo que abre el apetito.
El cerdo agridulce es un aperitivo delicioso y sabroso. Elija el lomo de cerdo con fascia, la carne es tierna y no seca ni grasosa. No es como comer en un restaurante, que es como abrir una caja ciega. A veces la carne es dura y se queda atrapada entre los dientes, y otras veces es grasosa y difícil de tragar. Cuando lo haces tú mismo, puedes controlar los ingredientes. La fascia retiene la humedad y, después de freírla, la carne queda crujiente por fuera y tierna por dentro. Cada trozo de carne está cubierto de un jugo agridulce, lo que lo hace seguro y agradable de comer. La delicia es tan simple...